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Necesitamos más historias latinas

Por cinco años mi querida amiga Barbara Ann O’Leary ha inspirado a cinéfilos a organizar proyecciones de películas dirigidas por mujeres durante el mes de septiembre usando el hashtag #DirectedByWomen. Gracias a este movimiento global, todos los septiembres miles de personas pueden ver el mundo a través de los ojos de las mujeres y luego tal vez buscan ver más películas dirigidas por mujeres durante el resto del año. Una semana antes que llegara septiembre con su gloriosa invitación a celebrar el cine de mujeres, la Iniciativa de Inclusión de Annenberg en la Universidad de California del Sur publicó su primer estudio sobre los latinos en el cine. Stacy L. Smith y sus co-autores examinaron las 1,200 películas más taquilleras del 2007 al 2018 para analizar la representación de latinos en frente y detrás de la cámara. Descubrieron que solo 48 de los 1,335 directores trabajando en la selección de películas que estudiaron se identifican como latinos. Eso es 4%, un número alarmantemente bajo. De esos directores, sin embargo, solo una—la directora mejicana Patricia Riggen—es mujer.

Ni siquiera quiero tratar de saber qué porcentaje representa eso. Es algo minúsculo, lo cual es una lástima ya que los latinos constituyen el 16.7% de la población americana, un número que está proyectado a seguir subiendo. Un director orienta la historia y como esa historia y sus personajes aparecen en pantalla. Los directores, por minutos u horas, nos invitan a un mundo que refleja su experiencia. Las audiencias logran momentáneamente vivir dentro del cuerpo del director, navegan sus pensamientos y atisban los rincones escondidos de su corazón. Esa experiencia da forma—a veces leve, a veces enfática—a cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo a nuestro alrededor. Necesitamos mucho más que una latina contando las historias que moldean nuestra forma de ver el mundo. Quedan todavía varios días en septiembre. Consigan películas y programas de televisión dirigidos por mujeres y piérdanse en su magia y por favor incluyan algunas latinas. Los sorprenderá lo que los hacemos sentir y pensar con nuestra visión.

Volveremos a editar la película en noviembre

Mi editora Cristina Carrasco y yo estamos finalmente listas a volver a editar La época de los sollozos este noviembre. Las dos sentimos que necesitábamos pasar un tiempo lejos de la historia para poder regresar a ella con las perspectivas generativas que surgen cuando tomamos pausa y meditamos sobre nuestros proyectos. Una vez que tengamos un sentido de la nueva dirección que tomará la película, comenzaremos a aplicar a subvenciones una vez más y esperamos conseguir los fondos que necesitamos para completar la película.

Foto desentarrada del mes

Al crecer en Venezuela vi un sin fin de películas en la televisión después de la escuela. La mayoría de ellas estaban dobladas y cortadas bruscamente para hacer espacio para propagandas, pero así y todo me enamoré del poder de la imagen cinemática. Se arraigó en mi mente, reverberando por años y ayudándome a decidir en qué tipo de persona quería convertirme. A pesar de haber actuado de adolescente, nunca se me ocurrió que dirigir era opción para mí. Tenía 31 años cuando me di cuenta que las mujeres pueden y deben dirigir películas. Tenía poco entrenamiento en la creación de las imágenes que consumieron mis sueños de infancia, pero empleé un equipo compuesto primariamente de mujeres y personas de color para mi primer largometraje documental y salí a contar la historia de cuatro mujeres inmigrantes viviendo en Nueva York. Durante nuestro primer día de filmación queríamos capturar a Tebojo, una profesora de la Universidad de Nueva York sur africana, tomando té con una amiga.

Un restaurante que ahora ya no existe nos dejó generosamente venir antes que abrieran para poder crear un momento de intimidad apacible en el medio de una tarde de Manhattan frenética. Al ver la conversación desplegarse frente a nosotros me pregunté cuanta dirección debería darle a Shanele, mi cinematógrafa, sobre como encuadrar la imagen y no sabía si Joseph, mi sonidista, necesitaba algún tipo de apoyo. Me di cuenta que no tenía idea sobre qué es lo que los directores deben hacer y que dirigir no era el tipo de ocupación que uno debe aprender al estar ya en marcha. Pero el recorrido ya había comenzado y yo no sabía qué estaba haciendo, así que aprender en marcha era la única manera en que iba a sobrellevar el próximo mes de filmación. A veces cuando entras a profesiones que no han sido diseñadas para personas como tú te toca lanzarte al agua.. De vez en cuando todavía siento que estoy suspendida sobre el agua esperando que la caída no duela demasiado.

Mi crítica sobre Familia sumergida de María Alché ha sido publicada en Directed by Women.

Barbara Ann O’Leary no solo originó las proyecciones de #DirectedbyWomen pero también está organizando la iniciativa del cine crucial del siglo 21 en la que durante un año diferentes autores escriben sobre las películas dirigidas por mujeres que tienen significado especial para ellas. Puedes ver mi crítica de Familia sumergida, el primer largometraje de la directora argentina María Alché y también puedes leer sobre las magníficas películas discutidas por los otros autores incluidos en la iniciativa.

Projección de Be Natural: The Untold Story of Alice Guy Blaché para #DirectedbyWomen

Este mes organicé una proyección del excelente documental Be Natural: The Untold Story of Alice Guy Blaché en la Universidad del Estado de Michigan como parte de la quinta celebración mundial de películas dirigidas por mujeres. Be Natural, la cual pueden ver en plataformas de streaming, cuenta la historia de la pionera cineasta francesa Alice Guy Blaché y como ella luchó para mantener vivo su asombroso legado a pesar de que la industria de cine trató de borrarla.

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