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Hojas de ruta al mañana
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Mi año comenzó de manera auspiciosa. Tuvimos una fiesta de año nuevo gloriosa con amigos queridos, baile y risa que duró más allá de la media noche. El primero de enero comencé a escribir mi ensayo para el libro que acompaña el box set “Las películas completas de Agnès Varda” del Criterion Collection, que saldrá a la venta este agosto. Al escribir el ensayo vi toda la extraordinaria obra de Varda durante un período de dos semanas, viviendo en su mundo durante el día y teniendo sueños que habían sido dirigidos por ella en las noches. Mi marido Nate me acompañó a ver Jacquot de Nantes, una película que Varda hizo basada en las memorias de infancia del legendario cineasta Jacques Demy. Demy, el esposo de Varda, se estaba muriendo de SIDA y como regalo de despedida ella decidió recrear su infancia para él. Demy, su madre y sus hermanos visitaban el set y miraban a los actores recrear su pasado ahora que su futuro juntos estaba a punto de terminar.
Algunas de las escenas que resonaron más con Nate y conmigo contaban la historia de cómo Demy y su familia fueron afectados por la Segunda Guerra Mundial. Como miles de niños europeos, Demy y su hermano fueron enviados lejos de las ciudades donde vivían—Nantes en el caso de ellos—a quedarse con desconocidos en la campaña para protegerlos de los bombardeos y ataques de los soldados nazis. Sin duda muchos niños terminaron en situaciones espantosas pero Demy fue acogido por una pareja bondadosa. La esposa compartió la belleza de la naturaleza con él y el esposo era un artesano que hacía zuecos y pacientemente trató de enseñarle su oficio a Demy. Sin embargo, en medio del entorno idílico del Valle del Loira estaba claro que la vida de Demy estaba suspendida, secuestrada por la historia. Había tomado un desvío indeseado e indeterminado que lo separaba de la gente y lugares que amaba. Sus sueños del futuro estaban flotando encima de él y cuando subía la mirada para conseguirlos el sol de verano lo cegaba. Después de ver la película, Nate y yo nos quedamos en el sofá, hablando sobre como la guerra debe haber transformado a la generación que la vivió y cuán duro es para nosotros entender sus experiencias. Pienso en Jacquot de Nantes a menudo últimamente, no necesariamente para entender lo que Demy y tantos otros padecieron pero porque quiero saber como sobrellevaron esa incesante incertidumbre. Cómo hicieron los que vivieron la Segunda Guerra Mundial para una vez más conseguir su camino después de tan largo desvío y cómo tomaron lo que habían aprendido y lo convirtieron en sabiduría y en arte magnífico como lo hicieron Demy y Varda? No tengo respuesta todavía pero es reconfortante saber que a través de la historia han habido momentos que se parecen a nuestros tiempos de pérdida desorientada y que los seres humanos han conseguido salida y han aprendido de ellos. Estos momentos son hojas de ruta que nos guiarán mientras contemplamos un futuro más feliz, cuando sea que ese futuro llegue. |
Buscando espectadores para dar devoluciones sobre nuestro nuevo corte de La época de los sollozos |
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Cristina Carrasco, la editora de La época de los sollozos, y yo hemos estado trabajando en un nuevo corte de la película que usaremos para aplicar a fondos de postproducción. Por primera vez desde que comencé a trabajar en este largometraje documental siento que tenemos algo cohesivo que captura el espíritu de la desaparición de mi papá y como esa desaparición transformó las vidas de los que pasamos décadas tratando de averiguar qué pasó con él. Generalmente tenemos proyecciones de grupo de foco en nuestra casa pero por la pandémica esta vez vamos a compartir visionados digitales para las devoluciones. Por favor me avisan si les interesa ver la película y responder preguntas sobre su experiencia. |
Foto desentarrada del mes |
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Nunca conocí a mi abuelo materno, Vilhelm Aagaard, porque murió dos años antes que yo naciera. Mi mamá y yo visitábamos su tumba una vez al año y yo leía en mayúscula el mensaje—escrito en inglés en un cementerio caraqueño—que sus hijos pensaron que encapsulaba su vida: NUNCA TE RINDAS. Nació en Dinamarca en el 1903 de padres que fundaron y dirigían una escuela y me imagino que creció rodeado de libros y de amor al aprendizaje. Al Europa distorsionarse por guerras mundiales y la devastación que causaron esos conflictos, vino a los Estados Unidos, obteniendo su maestría en ingeniería en Michigan University, a una hora de Michigan State University, donde ahora enseño. De ahí fue a Colombia y después a Venezuela, donde ascendió a cargos altos en nuestra compañía de cemento nacional, Cementos La Vega. Se enamoró de mi abuela y criaron siete hijos juntos, cinco de los cuales están en esta foto, vestidos en las faldas blancas ondeantes y camisas a rayas de una época de moda más glamorosa y menos cómoda.
Vestidos cómodamente o no, las vidas de sus hijos estuvieron colmadas de viajes intercontinentales, fiestas bulliciosas, cenas familiares exquisitas y juegos de canasta que duraban horas durante los fines de semana. Mi abuelo tenía 72 años cuando falleció, dejando a su viuda e hijos con un legado que mezcló dedicación incansable al trabajo con una igualmente incansable dedicación a disfrutar su vida. Es un equilibrio sumamente difícil que yo también trato de mantener. No he visitado su tumba en décadas pero creo que si la viera ahora, sabría que es un equilibrio al que no debemos dejar de aspirar nunca, esa búsqueda por un trabajo bien hecho, una familia bien amada y una felicidad bien sentida. Es el anhelo a ese balance por el que nunca deberíamos rendirnos. Me gusta imaginarme que lo que fuera que se tuvo que contar a sí mismo para reconstruir su vida después de ver su patria herida por la guerra lo ayudó a añorar a ese balance. Tendremos que concebir nuestras propias palabras mágicas al emerger una vez más al mundo después que se termine esta pandemia, cuando sea que eso ocurra. |
Mi artículo de Voz de Profesores en MSU Today |
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He estado trabajando con un grupo de cineastas y activistas feministas para traer atención mediática a la corriente batalla para pasar la enmienda de los derechos iguales de la mujer (ERA) a la constitución americana. En “Como la batalla por el ERA me rescató,” un artículo publicado en MSU Today, discuto nuestras iniciativas y como me han ayudado a conseguir foco en estos tiempos complejos. |
Nuestra serie de webinarios “Repensando la hermandad: el rol de los medios en afirmar el ERA” |
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Esta serie de webinarios, que resulta de una colaboración entre agnès films, Directed by Women, Equal Means Equal, Generation Ratify, Media Equity y Women Occupy Hollywood, comenzó el 7 de mayo y terminará el 4 de junio. Unimos activistas, políticos y cineastas para discutir los esfuerzos para pasar el ERA y como esos esfuerzos pueden ser apoyados hoy. Seré panelista en el webinario del 4 de junio, titulado “Abordando el cine y la producción de contenido desde una perspectiva feminista para crear cambios” junto a Rosie Couture, Ariel Dougherty y Barbara Ann O’Leary. Puedes registrarte aquí para participar en el webinario a las 5 pm EDT (hora de verano del este). |
Continua celebrando el día de las madres al ver este fabuloso contenido madre-céntrico
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Conducimos una encuesta de Twitter con los lectores de agnès films sobre qué películas de ficción, programas de televisión y documentales piensan que presentan versiones complejas y multifacéticas de las madres. Kara Headley y yo co-escribimos un artículo que discute el contenido que nuestros lectores aman. Pulsa en “Brave, Las chicas Gilmore y Para Sama están al tope de nuestra encuesta sobre qué pueden ver este fin de semana de las madres” para ver docenas de películas y programas espectaculares que te darán aprecio más profundo a la maternidad así estés en cuarentena con tu figura materna a tu lado o extrañándola en estos momentos. |
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