Version in English.

#MeToo

En 2009 cuando estaba cursando para sacar mi doctorado en al universidad de Purdue quería enseñar cine. El profesor Lance Duerfahrd era la persona encargada de decidir quien enseñaría los cursos de cine. No había un proceso formal de aplicación. Tenías que ir a su aislada oficina sin ventanas y pedirle que te dejara enseñar el curso, además también tenías que tomar una de sus clases. Después de una conversación muy incómoda me dio permiso de enseñar la clase. Todo el semestre me invitó a salir con él y le pidió a los otros estudiantes que le dieran mi teléfono. Se negó a devolverme una bufanda que dejé en la clase a menos que la fuera a buscar a su oficina, donde se me acercó de manera amenazante cuando me la devolvió. Nos hacía ver y enseñar películas en las cuales mujeres eran violadas y a veces desmembradas en cámara. Fue mientras veía a una mujer tratada de esa manera en una película que era obligatoria para su clase que tuve una crisis de nervios, resultando en noches sin dormir y una angustia continua que me afectó por meses.

Al aprender que uno podía reportar ese tipo de comportamiento a la universidad, lo hice. Nunca me respondieron. Lance fue ascendido a titular a pesar de tener pocas publicaciones, evaluaciones de enseñanza cuestionables y múltiples quejas como la mía. Purdue no sólo lo hizo titular sino que además lo nombraron director del Programa de Estudios de Cine y Video, donde tenía control sobre cientos de estudiantes de pregrado. La semana pasada me enteré que Lance ha sido acusado de haber violado y asaltado a una estudiante de pregrado y que Purdue respondió diciendo, “La universidad no tolera y no tolerará ese tipo de conducta por parte de ningún miembro de su comunidad, incluyendo los profesores, sin importar el rango o la titularidad. Este caso lo prueba.”

Al ver el repugnante disparate que ocurrió al Brett Kavanaugh ser empujado a ser el nuevo juez de la corte suprema de los Estados Unidos, pienso en Lance y como las señales estaban claramente ahí y así y todo siguieron promoviéndolo. Como la Coalición Contra Asaltos Sexuales reportó, sólo 7.1% de las violaciones alegadas son falsas. Un estudio distribuido por la policía del estado de Victoria en Australia consiguió que el número es 2.1%, aún más bajo. Si nuestras instituciones no nos protegen aún cuando los datos científicos corroboran lo que dicen los acusantes, tenemos que defendernos. Con las elecciones americanas tomando lugar en noviembre, tenemos la oportunidad de hacer menos factible que hombres como Kavanaugh terminen en posiciones de poder de por vida. Vamos a transformar las instituciones que protegen a los abusadores voto por voto.

Dirigiendo una película a través de fronteras

Como el Miami Herald reportó, los venezolanos han sido confrontados con una crisis de escasez de pasaportes por años. Mi pasaporte venezolano expiró en el 2017 y no he podido renovarlo. Puedo ir a casi todas partes con mi pasaporte americano pero no al país donde nací. Porque mi pasaporte venezolano dice que nací en Venezuela, no puedo usarlo en Venezuela ni puedo aplicar a visa de turista para regresar. Verme indefinidamente separada de mi patria es muy doloroso y tratar de dirigir La época de los sollozos—un documental que toma lugar principalmente en Venezuela—desde los Estados Unidos es completamente embrollado. Afortunadamente estoy trabajando con la fantástica compañía de producción caraqueña, La Pandilla, y han traído sus considerables talentos al proyecto.

He pasado el último mes viendo y editando horas de material que Rober Calzadilla, Amanda Pérez, y María Carolina Agüero Altuve filmaron durante un viaje de nueve días a La Gran Sabana, el área remota donde mi padre desapareció. Ver el material me hace anhelar a un mundo distinto en el cual los hubiera podido acompañar, pero sobre todo me hacer sentir agradecida a ellos por la belleza y la magia que capturaron y por brindar sus almas a esta historia.

Foto desenterrada del mes

Uno de los peores días del año para mi después que mi papá desapareció era el día de los padres. Me angustiaba saber que pasaríamos horas haciéndoles regalos a nuestros padres en el colegio. Mi mamá me sugirió que la solución sería hacerle el regalo a otra persona. Inmediatamente elegí a mi tío Manolo. El tío se veía un poco serio—como se ve en esta foto—pero era alguien que amaba cada centímetro de lo que la vida le ofrecía y que compartía ese amor con el resto de nosotros. Inmigró de España a Venezuela alrededor del fin de los años 40 y dejó que la belleza y exuberancia de su nuevo hogar se convirtieran en parte de su ser. Para cuando yo lo conocí era el gerente de una empresa de empaquetar comida, un fotógrafo prodigioso que tomaba e imprimía retratos de todos nosotros, un poeta y el dueño de dos fincas que producían maíz, donde el ganado podía andar libre por el monte. Durante los fines de semana cuando visitaba sus fincas, se montaba en su caballo y cabalgaba hacia los atardeceres más bellos que he visto en mi vida.

Me decía que para tener una buena vida uno debería tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro. Tuvo cinco hijos maravillosos y sembró docenas de árboles. Todo lo que me falta es el libro, decía. Lo vi el verano pasado en Barcelona y me entregó unas páginas unidas por un espiral negro tituladas Diez poemas de amor y una triste despedida. Contiene poemas que escribió desde 1960 al 2017, décadas de añoranzas líricas. El tío falleció hace tres semanas a los 89 años, después de un fin de semana rodeado de sus hijos y nietos donde realizó trucos de magia para todos—por supuesto que era mago también. Niños, árboles, un libro y uno de los más claros ejemplos que he conocido en mi vida de cómo vivir la vida con luminosidad, creatividad y pasión. Gracias por todo, Tío.

He sido nombrada la editora en jefe de constellations

Es un honor increíble anunciar que soy la nueva editora-en-jefe de la revista arbitrada académica
constellations: a cultural rhetorics space. Buscamos publicar artículos de retórica cultural que sean cuidadosamente investigados, innovadores y que ayuden a mejorar el mundo. Si estás interesado en publicar con nosotros y tienes preguntas, me avisas.

Mi historia fue publicada en las voces de los profesores de MSU Today

MSU Today me invitó a hablar sobre mis experiencias detrás de la cámara. En este corto artículo explico cómo el ser descendiente de escritores ha formado mi fascinación por las narrativas y por qué algunas historias como La época de los sollozos deben ser contadas.

Tickets agotados para la proyección de Teta en el Detroit Shetown Film Festival

Nuestro cortometraje documental Teta: una madre cuenta su historia de lactancia tuvo una proyección maravillosa en el Detroit Shetown Film Festival el mes pasado. Fuimos nominados al premio “Mejor película hecha en Michigan.” Un logro especial para una película bilingüe hecha por una venezolana.

Conéctate con nosotros en las redes sociales

Preguntas? Comentarios? Ideas?
Respóndenos a este correo electrónico.

Version in English.
Archivo de cartas comunitarias previas